En esta mañanana...

martes, 3 de noviembre de 2009

El estridente ruido del despertador esta molestando, frente a mí esta un librero de madera obscura, no distingo por lo pesado de mis ojos, pero, dentro de la colección de libros esta Isabel Allende, Mario Benedetti, García Márquez, Octavio Paz, Juan de Dios Peza, y varios de poesía, me siento extraña, pero me parece haber vivido esto ya antes.

Me levanto de la acogedora cama, que esta repleta de peluches, a lo lejos, escucho, - ¡Despierta, vamos!- y todo me parece espectacular, no reconozco el lugar, y en seguida exclamo-¡Maldita suerte!- no me había fijado que esta un pequeño mueble rectangular con espacios llenos de libros, -¿más libros?-exclamo, estos son de filosofía, los ojeo y su olor es un tanto agradable a mi sentido del olfato, el separador esta justo en una pagina donde; Platón y sus discípulos entablan una terrible discusión sobre la bondad y maldad en el mundo, en la sociedad. Dejo el libro de lado y sigo husmeando, encuentro novelas relacionadas con la materia, El mundo de Sofía, En tiempos de Arroz y Sal, Ensayos sobre la ceguera, también están lo diálogos de Platón, La República, El Príncipe de Maquiavelo, La Mandragora, entre otros.

- Anda Rossy, despierta, el baño esta listo- interrumpe mi exploración de nueva cuenta, ¿Quién será? ¿Porque grita así?, abro la puerta y esta frente a mí una señora con ojos hundidos, de pieles secas y una voz que lastima y me dice - ¿Qué esperas? ¿Te pasa algo? ¿Te sientes mal? ¿Y esos ojos? Parece que has visto un fantasma- mis ojos en efecto estaban viendo algo desconocido, sus manos mas que cadavéricas eran largas, flacas con las venas salidas y pecas remarcadas por las curtituras del frío y la resequedad del tiempo, fue hasta ese momento, que una fría oleada de viento me hizo reaccionar, mis pies blancos estaban desnudos y solo sentía un terrible calambre que los recorría.

Fuí directo al baño, las toallas ya estaban ahí esperando, los cepillos, el jabón, todo estaba perfectamente ordenado, el baño estaba cubierto de azulejo en las cuatro paredes, limpios brillantes, sin manchas, el lavabo del mismo modo luciendo su color rosa impecable, levanto el rostro esperando encontrar un espejo y no la hallo, es como si ese lugar me tratará es esconder quien soy, como soy y que hago aquí. Ignoro todo y tomo el baño, las gotas son como agujas que me dan un ligero masaje, comienzo a sentir que queman las gotas, pero eso me hace sentir viva, me hace sentir que respiro, que me tranquilizo.

Regreso al cuarto, y el gran closet lo abro, todo esta ordenado los zapatos todos en hilera, como si hubiera alguien que toma reporte de cuantos hay y en que estado, en el cuarto no hay un solo rastro de basura o algo mal acomodad.
Tomo un pantalón que esta a la mano, una blusa que yacía colgada junto a varias ropas, por fin he decidido ponerme unas botas negras, y lo primero que encuentro de abrigo, levanto la vista y un espejo esta frente a mí, pequeño, es un corazón rojo.

Mi rostro delgado, pálido ,ojos duros, recios, cabellos alborotados, mi boca esta partida por el frío, pero no me siento extraña a mi cara. Entonces, ¿qué es lo extraño en este lugar? ¿Yo? ¿La vieja con aspecto tenebroso? ¿Los libros? ¿qué es?

Escucho un terrible grito de agonía, que interrumpe mis confusiones, algo así como un quejido, largo y tendido, se que no es de voz humana, se escucha un forcejeo, la misma voz que me interrumpió hace unos momentos, esta murmurando, parece estar enfadada; ¿Qué será? ¿Acaso alguien he entrado? ¿Será posible que la agredan a esa vieja enfadosa? , por un momento me parece que la agreden, ella guarda silencio, pero el quejido se vuelve fuerte y dominante, parece un graznido, no, no es demasiado fuerte para el ruido, escucho un perro ladrar.

Mi piernas a pesar de estar bien abrigadas para el frío tiemblan sin dar oportunidad a que me incorpore correctamente, el miedo me invade, mi mente esta confundida, será que una gran bestia este atacandonos.

-¡Rossy, hija, por favor trae el cuchillo!- Es mi madre la que esta ahí, momento, ¿si es mi madre? yo no la recuerdo, ademas no recuerdo si mi nombre es Rossy, ¿qué tal si no?, pero sino fuera su hija, no me hablará de esa forma. -Rossy, ¡por dios!, olvida lo que haces y tráeme un cuchillo- Y de nuevo un grito de agonía, es como si ahorcaran a alguien, si es eso, seguro mi madre, ¡Hay que digo!, seguro la vieja esa con las venas salidas va a matar a alguien.

Guardo silencio y el perro ladra, y por sus ladridos entiendo que esta inquieto. Seguro algo grave esta pasando ahí, ¿Que será? ¿Que hago? ¿Y si en verdad esta en peligro?

Me decido a salir, y al abrir la puerta una terrible oleada de frío me sacude, regreso lo mas pronto posible, a mi guarida, y busco desesperada algo que me cubra bien, una bufanda rosa esta doblada en un espacio en el closet, al ponerla en mi cuello se descuelga un gorro y sin pensarlo lo pongo y parece mas bien que el gorro cumple la función de tratar de aplacar mis cabellos duros y alborotados.

-Demonios, Rossy ¿qué haces?, ¿Porqué no vienes?- grita desesperada- ¡Apurate! - me decido y salgo, con el miedo entre las piernas y mi mandíbula temblando y chasqueando no se si por el frío, por el miedo o por las dos cosas.

- El cuchillo, Rossy, corre- sigue rogando - Me las vas a pagar mugre animal- ¡si! mi madre, digo, la mujer con la cara hundida, va a matar a alguien o algo, o no se pero cometerá un crimen. ¿Será para salvar su vida? ¿Estará bien? ¿Deberé pasar el arma?

-No se que hacer- termine gritando de tanto aturdimiento, seguí mi conciencia y ella me dictaba, a lo mejor por el miedo que debía entregarle el arma a aquella que aún seguía suplicando por el cuchillo. -Rosa Ángela, ¿qué no escuchas?- Sin pensarlo busque desesperada, no lo encontraba, lo atribuí a que era por que no conocía el lugar, es una casa muy pequeña, pero segura estoy que guarda mas de lo que uno se imagina, terminé revolviendo las cosas, las cacerolas crujían, los platos chasqueaban y los vasos chillaban de los movimientos bruscos que yo provocaba al momento de revolverlos para buscar el cuchillo.

-Dios santo, parece que no vives aquí, esta ahí, en la mesa con el mantel verde- corrí despavorida, me resbalé, con un pellejo de pollo, seguro estaba cocinando cuando el enfrentamiento se dio entre la mujer y esa cosa que gime, logré agarrarme de la mesa con el mantel, varias cosas en esta casa son verdes, ¿será el color preferido de mi madre?

En ese momento vi el cuchillo era con un mango grueso, color negro, el filo del cuchillo media aproximadamente unos 30 cm, y de verlo juro que sentí dolor, brillaba tanto que parecía que el arma tenía alma, y por un momento tuve la sensación que disfrutaba hacer estremecer de miedo, en ese instante reaccioné y mi mano estaba húmeda y pegajosa, volví la mirada y había sangre por mi rededor, me asuste tanto que de nueva cuenta resbale al suelo sin poder detenerme, el cuchillo callo justo sobre mis piernas, sentí miedo pero me sobrepuse al saber que solo había manchado mi pantalón.

-Rosa Ángela, corre, vamos que me he lastimado la mano tratando de sujetarlo- Me asuste más, seguro, estaba herida, esa sangre, ¿de quién era? ¿Sería espantosa la bestia o quien este atacando? ¿Será grande? ¿tendrá grandes colmillos, garras? ¿cómo será? ¿donde esta la mujer?

En ese momento reaccioné y pregunte-¿Dónde estas?- a lo que ella desesperada y mas molesta reclamo gritando -En el patio, ¿dónde mas debería estar?- Corrí hacia el patio y todo lo que había concebido como terrible en ese momento se torno el doble de terrible, esa mujer estaba desesperada, había, sangre por doquier, la señora lucía espantada y estaba cubierta con gotas de sangre en el rostro.

Seguro se lastimo, o algo le paso, en ese momento, un perro negro salió despavorido corriendo y llorando hacia la calle, reaccione y mi madre sostenía ... ¡un pollo! -¿un pollo?- le pregunte aturdida, a lo que ella respondió encolerizada- ... pues ¿qué mas esperabas encontrar?- y prosiguió señalando con su dedo flaco y larguirucho - ¿De nuevo con tus cosas existenciales verdad? ¿Te he dicho que no debes leer esos libros antes de dormir? ¡Mira, estas toda ida!

Y pronto los recuerdos vinieron a mi mente, comenze a recordar y esa señora de aspecto duro, era en efecto mi madre y el perro despavorido, era el miedoso de Duke que se asusta cuando comienza la casería de pollos que mi madre protagoniza en el patio.

Pero... ¿Será cierto o mi mente juega con mis ideas?

 
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